
Texto: Freyser Martínez
Imagen: diseño de La Hora de Cuba sobre foto tomada de www.cubaencuentro.es
Por estos días, con un poco de tiempo libre, me conecto más a Internet. Buscando aplicaciones que puedan servirme en mi trabajo, vi una de aparente factura nacional que llamó mi atención: Periódicos de Cuba”, cuyo icono es un peculiar diseño que une el retrato del Che Guevara a la insignia cubana.
La instalé, y cuál fue mi sorpresa al descubrir un artículo en el oficialista Granma, órgano del Partido Comunista de Cuba (PCC), en el que se atacaba a las plataformas digitales. Así, precisamente desde una plataforma digital, la de la prensa oficialista y su apk, se despotricaba en un artículo firmado por Oni Acosta Llerena el pasado 7 de marzo. El paroxismo del escrito llegó en aquella frase que ahora cito por cínica y paradójica: “la informatización de la sociedad cubana, es un filón por donde también se nos ataca, y no de manera pareja, o justa”.
Me propuse, pues, tratar de desentrañar la sentencia, hija, como diría Yoani Sánchez, de la “granmática” del medio oficialista. Pero desde luego, cargada de otros tantos matices que denuncian la manera en que los voceros del PCC contemplan la nueva realidad cubana.
“la informatización de la sociedad cubana, es un filón por donde también se nos ataca…”: Ya en la primera parte de la oración encontramos el término “ataque”, tan manido en el discurso oficial de la prensa cubana, desde hace décadas. ¿En este contexto podríamos entender que el oficialismo ha sido consciente de que haber permitido que Internet llegara a la vida de los cubanos y cubanas es dejar una ventana abierta para que se filtren “sustancias”, desde su óptica nocivas, para la mentalidad, políticamente inculta, pueril, del pueblo? El PCC sería entonces ese «padre» que nos vigila siempre, critica y censura cada paso “en falso” (determinando él qué es falso) y dicta lo que debemos hacer. Y que, al dejar la puerta abierta, vendrán los amigos que él nunca ha querido que entren a casa. Sin embargo, la realidad es que (y aquí debemos entender el malestar de ellos) sin las presiones diplomáticas, sin el reclamo de la prensa independiente, sin la necesidad de dar una imagen internacional de apertura democrática, el sueño de Internet en Cuba seguiría siendo eso, sueño.
La otra idea viene unida por una conjunción para acentuar la paradoja: “…y no de manera pareja, o justa” ¿Cuál será la idea de paridad y justicia del Granma, o del PCC, o de Oni Acosta? ¿Cuándo se ha jugado parejo en alguna de sus tantas batallas ideológicas, ya no dirigidas contra el enemigo abstracto, sino contra el pueblo mismo, en la actualidad empoderado por las tecnologías? ¿No es acaso el PCC el dueño absoluto de todos los medios de difusión masiva de la isla? ¿No dictan en los periódicos, la televisión y la radio cada renglón de lo que se debe hacer y decir? ¿A quién pertenecen los miles de perfiles falsos en las redes sociales, que agreden las publicaciones de la prensa independiente y a todo el que se atreva a cuestionar la situación del país? ¿No anunció recientemente el régimen una carrera universitaria especializada en el ciberespionaje? ¿A quiénes dirigirán los ciberespías sus mirillas?
Entonces, ¿qué es paridad? ¿qué es justicia en esa neolengua del oficialismo? No seguramente que una apk sobre periodismo cubano lleve la imagen del Che Guevara, quien atacó desde los tempranos años de la Revolución a la prensa de la isla, nada menos que a Bohemia, cuando esta lo tildó de comunista, acusación a la que haría “justicia” meses más tarde el guerrillero. Paridad podría ser, aventuro, que las dos botas que nos oprimen estén perfectamente parejas y ejerciendo la misma fuerza sobre nuestras cabezas, y justicia, que todos bajemos la cabeza, cerremos la boca y aplaudamos sus actos al unísono.