EDUCACIÓN EN CASA, UNA OPCIÓN SUBVALORADA ANTE LA CRISIS

✍🏻📷 Sol García Basulto

Ninguna de las familias afectadas por el recién comenzado ciclo escolar en las provincias del interior de Cuba, tuvimos la opción de elegir entre educar a nuestros hijos en casa o enviarlos a los centros docentes públicos. El método pedagógico conocido internacionalmente como homeschooling (educación en casa), así como cualquier otro tipo de mecanismo de enseñanza extra oficial promovido por organizaciones religiosas y sociales, nos ha sido negado a los cubanos desde el empoderamiento del grupo auto titulado revolucionario el primero de enero de 1959.

Las propuestas de aprobar una ley que permita la libertad educacional en el país han sido elevadas históricamente por activistas, grupos religiosos y organizaciones independientes de la sociedad civil, pero el régimen ignora y cercena todo intento de manifestarla violando con ello uno de los derechos humanos fundamentales. En 2017 se dio el caso más grave cuando el pastor Ramón Rigal fue condenado a dos años y su esposa Adya Expósito a un año y medio de privación de libertad por negarse pacíficamente a someter a sus hijos al programa del Ministerio de Educación.

Pero este septiembre, la apertura de las aulas representa un problema extra para los provincianos, sacrificados como el resto del país por la evolución de una pandemia internacional y una violenta crisis económica. Con el curso 2020-2021 aumenta el riesgo de contagio de una enfermedad que en Cuba suma, hasta hoy, un saldo de cien vidas, según datos oficiales, y sobrecarga la ya quebrada economía de la célula social.

No todos los padres y madres que esta semana dejamos a nuestros hijos en las aulas del sistema educativo público, contamos con recursos para sostener los gastos que implica el reinicio de las clases. Los más dichosos pagamos a precios excesivos artículos de primera necesidad que el sistema no garantiza, aunque sí exige a los estudiantes, con detalles específicos sobre sus colores y diseños explicados en el reglamento escolar. Es el caso de medias blancas, zapatos apropiados para el uniforme, ropa de actividades deportivas, entre otros artículos menos específicos pero igualmente inaccesibles, como materiales escolares, mochila, lonchera o productos de higiene personal y colectiva, además del paquete de comestibles, imprescindible dada la precaria dieta que la administración oficial asigna a los estudiantes.

A pesar de las circunstancias sanitarias y económicas, en las cuales la educación en el hogar podría hacer la diferencia entre la vida o la muerte de los ciudadanos y la estabilidad económica de la familia, los líderes comunistas continúan sin considerar esta alternativa. Ahora, lo que no todos los cubanos saben es que el homeschooling no es una idea tan aislada de la sociedad moderna.

Además de ser un derecho mencionado en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es una forma natural de educación que por demás fue el único método pedagógico empleado hasta que surgieron los primeros colegios hace pocos siglos y aún se mantiene vigente en países con un alto índice académico. Antes de la pandemia que confinó el mundo al hogar ya era considerado legítimo para los habitantes en Australia, Canadá, España, Irlanda, Reino Unido, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Chile. Y ha sido demostrado en estudios especializados que las personas educadas con este método pedagógico obtienen iguales o mejores resultados académicos y de formación integral que los estudiantes formados por el modelo tradicional. De este modo se formaron grandes genios de la ciencia, el arte y la cultura universal como Amadeus Mozart, Michael Faraday, Abraham Lincoln, Pierre Curie, Albert Einstein, Theodor Roosevelt, Mark Twain, Winston Chuschill, y otros tantos que los estudiantes locales no identificarán a no ser que busquen fuera de sus aulas.

En Cuba, tenemos casos de impresionantes talentos como la escritora, poetisa y cronista Dulce María Loynaz, premio Cervantes 1992, y el músico Claudio José Brindis de Salas (el Paganini Negro) considerado el mejor violinista de su época. Ambos fueron frutos de una educación primaria en el hogar. Incluso actualmente, niños cubanos que viven en lugares de poco acceso a insuperables distancias de los centros escolares y otros con deficiencias psicomotoras o casos específicos, reciben una versión de la educación en el hogar conocida como atención a distancia, basada en los programas televisados más la visita periódica de un especialista o educador encargado de monitorear el progreso en cada asignatura, programa que se desarrolla con óptimos resultados académicos en aquellos casos donde se realiza con la responsabilidad requerida, según fuente que pidió mantenerse en el anonimato, consultada para elaborar este trabajo.

Los estados que asignan tales libertades a sus naturales no limitan las funciones educativas al tutor del niño o familiares cercanos, los cuales no siempre tienen el nivel de conocimiento o el tiempo necesario para librar dicho rol. Menos lo propondríamos en Cuba, después de varias décadas de detrimento en el sistema educativo público es posible que los padres no se sientan capacitados para asumir el reto de educar a sus hijos ellos mismos. Para eso están aquellos educadores retirados o peritados que ejercen su profesión en la sala de su casa después de los horarios institucionales, como apoyo a los estudiantes que aspiran a mejorar su nivel académico. Sin dudas la aprobación de una ley que permitiera la educación en casa ampliaría el campo laboral de estos emprendedores.

Por otra parte, los favores de internet, que incluye desde canales de YouTube hasta colegios virtuales, cada día son más accesibles en Cuba. Incluso sería una oportunidad para que quienes sufrimos la deficiencia académica oficial ampliemos nuestros conocimientos. En definitiva, para medir el avance de los niños bastaría con someterlos periódicamente a rendir examen de validación de estudios.

Una educación efectiva en la seguridad del hogar, bajo los actuales acontecimientos higiénicos y financieros, sería la opción más beneficiosa para todas las partes involucradas. La familia aumenta su seguridad al tener menos miembros en contacto con el exterior, disminuye los gastos dado que el método pedagógico se desarrolla en condiciones informales y con técnicas alternativas para el aseo personal, al mismo tiempo que administra mejor sus víveres. A los niños y adolescentes por alcanzar mayor nivel de concentración, comodidad y libertad de horarios y gustos. El único en desventaja sería un gobierno totalitario y soberbio para el cual no es prioridad educar o formar seres humanos libres, bondadosos y cultos, sino obreros únicamente útiles para prolongar su poder.

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