
📷 Tomada de Caracol Radio
El actual presidente de los Estados Unidos y aspirante a la reelección Donald Trump y el ex Vicepresidente y representante del Partido Demócrata, Joe Biden, sostuvieron en la noche de ayer el segundo debate presidencial de la campaña electoral 2020. El encuentro, desarrollado en la localidad de Nashville, Tennessee, fue el último antes de acudir a las urnas el próximo 3 de noviembre.
El enfrentamiento entre ambos candidatos estuvo marcado por fuertes acusaciones de corrupción, aunque en esta ocasión se evidenció un mayor respeto, a diferencia de lo ocurrido durante el primer debate de la campaña presidencial, el pasado 29 de septiembre en la ciudad de Cleveland, Ohio.
Durante más de una hora y media de debate se trataron temas de actualidad que afectan a la nación, como el enfrentamiento a la COVID-19, siendo EE. UU. la nación más afectada por el virus. Otros puntos del debate estuvieron centrados en la familia estadounidense y su afectación económica durante los últimos meses, así como los conflictos interraciales acentuados desde el mes de mayo con el fallecimiento del afroamericano George Floyd. El cambio climático y la retirada de la nación norteña del acuerdo medioambiental de París, la seguridad nacional y sus polémicos conflictos migratorios y el papel del liderazgo de los candidatos a la presidencia, fueron los temas que cerraron la agenda del intercambio.
Según la opinión de Paul Danahar, periodista y editor en jefe de la BBC en los Estados Unidos, el debate “fue una estrecha victoria por puntos para el presidente Trump”. El especialista en política estadounidense aseguró al sitio Noticia Libre que que el mandatario “necesitaba arrasar para detener la campaña de Biden y no lo consiguió”.
El próximo 3 de noviembre se celebrarán las elecciones presidenciales y millones de estadounidenses han comenzado a ejercer el voto por correo o de forma anticipada.
El debate, programado para ser el tercero, terminó siendo el segundo tras la cancelación del que debía efectuarse en la Florida, debido a la enfermedad del coronavirus contraída por el presidente Trump. Fue una buena oportunidad para alinear y fortalecer las campañas de los aspirantes, y prácticamente pone el punto final a una batalla campal por aspirar a la silla presidencial del despacho oval de la Casa Blanca.